Capítulos - Cristianismo primitivo

Nuevas perspectivas en los estudios sobre Pablo de Tarso

en Καλὸς καὶ ἀγαθὸς ἀνήρ· διδασκάλου παράδειγμα. HOMENAJE AL PROFESOR JUAN ANTONIO LÓPEZ FÉREZ.  Editores: Luis Miguel Pino Campos y Germán Santana Henríquez.  Ediciones Clásicas 2013, 886 páginas. ISBN: 84-7882-773-0, pp. 649-656.

La interpretación tradicional de Pablo durante centurias ha sido cuestionada a partir de mediados del siglo XVIII, pero de una manera más radical aún desde 1960. Tras exponer brevemente los puntos de vista generales de esta última se analizan dos ejemplos típicos, de Lloyd Gaston y Paula Fredriksen y se argumentan las dificultades que suscitan. Finalmente se plantea  la redefinición de un método filológico de análisis de los textos paulinos partiendo no sólo de una lectura interpretativa sino de los hechos o acciones que pueden deducirse como suficientemente probados a partir de los textos del Pablo auténtico.

“Orígenes del cristianismo. Breve síntesis”, en D. Castro-A. Striano (eds.), Religiones del Mundo Antiguo, Ediciones de la Sociedad Española de Estudios Clásicos. Delegación de Madrid, Madrid 2010, pp. 139-167. ISBN: 978-84-614-2740-6.

Síntesis de este artículo son las 22 tesis siguientes:
Tesis para un debate sobre orígenes del cristianismo

1. El plural “orígenes” y no el singular es muy adecuado. El cristianismo es un fenómeno complejo y dinámico que no tiene un solo origen, sino varios.
2. Debemos distinguir entre orígenes remotos y próximos. Los orígenes remotos del cristianismo son el judaísmo antiguo, anterior al siglo VI a.C. que a su vez tiene muchas influencias sobre todo del mundo cananeo, de Egipto y de Mesopotamia. Estos orígenes remotos no se consideran ahora.
3. El trasfondo próximo del cristianismo es la religión judía del siglo I de nuestra era. Pero éste no es un judaísmo antiguo, sino uno judaísmo modificado desde el tiempo del final del exilio en Babilonia (sobre todo a principios del siglo V en adelante) por dos influencias principales: la de los mundos babilónico-persa; segunda: la atmósfera religiosa de la piedad y filosofía del helenismo.
4. Respecto a los orígenes inmediatos del cristianismo el axioma principal es: Jesús no fue propiamente el fundador del cristianismo, sino sólo su base y su impulsor.
5. La religión de Jesús fue esencial y profundamente judía, no cristiana.
6. El cristianismo es una reflexión creativa sobre el legado de éste; una reinterpretación de la importancia y trascendencia de la figura y la misión de Jesús.
7. El cristianismo es por tanto un fenómeno exegético: los seguidores de Jesús reinterpretan la misión y figura de Jesús a partir de unos presupuestos previos –su mesianismo y su resurrección-, y por una exégesis a) de textos que los rabinos de la época consideraban mesiánicos y b) de otros textos similares de la literatura piadosa de la época o inmediatamente anterior. Esta literatura constituye lo que hoy se llama Apócrifos del Antiguo Testamento junto con los Manuscritos del Mar Muerto.
8. Los seguidores de Jesús se constituyen en facción o grupo aparte del judaísmo de su tiempo. Este nuevo grupo se denominará a sí mismo “iglesia” o verdadera asamblea de Dios.
9. Esta “iglesia” es distinta del grupo de los Doce, el único fundado por Jesús con un significado simbólico: representar al futuro Israel de los últimos días, restaurado por Dios.
10. Es esta iglesia la que dará forma y difundirá la nueva teología o doctrina sobre Jesús mesías.
11. El proceso de relectura del Antiguo Testamento y de su literatura aneja, que da origen a la teología cristiana, se hacía dentro del judeocristianismo naciente siguiendo unos modelos de interpretación bien definidos en la época. Estos modelos eran fundamentalmente tres: 1. Modelo promesa / cumplimento. 2. Modelo inserción/sustitución. 3. Modelo de oposición/contraposición.
12. El cristianismo sólo es tal cuando aparece -en unos cincuenta años tras la muerte de Jesús- como una doctrina cuya ideología supone un salto teológico cualitativo sobre el judaísmo y consecuentemente sobre el pensamiento de Jesús.
13. La base principal de esa disidencia es la divinización de Jesús.
14. El discurso de Esteban en el capítulo 7 de los Hechos de los apóstoles es el núcleo germinal de la teología paulino-cristiana. Y ésta a su vez es el núcleo germinal del cristianismo de hoy. Éste es esencialmente paulino en sus tres formas principales: católica, protestante y ortodoxa.
15. Se puede decir que el principal fundador –entre otros- del cristianismo de hoy es Pablo de Tarso. La teología paulina se resume en lo siguiente: el cumplimiento de la ley de Moisés es innecesario para la salvación; sólo se salva quien crea que Jesús es el mesías y que su sacrificio en la cruz, junto con su resurrección, fue el acto que reconcilió a la humanidad pecadora con Dios.
16. E   l cristianismo actual es un fenómeno complejo y dinámico que tiene varios "fundadores". Entre los otros señalaría especialmente el grupo o personaje que está detrás de la línea de pensamiento del Evangelio de Mateo y el que está detrás del grupo y pensamiento del Evangelio de Juan.
17. Pablo de Tarso cambia radicalmente la figura del Jesús histórico, pues hace de él un salvador universal -del mismo tono que las divinidades salvadoras del mundo helenístico en el que vive- y no un mesías judío, a la par que transmuta el mensaje (kérygma/evangelio) del Jesús histórico: cambia el significado de Evangelio: de ser un anuncio de la venida del Reino (absolutamente irrelevante en el mundo helenístico) pasa a ser en Pablo el anuncio de que la muerte y resurrección de Jesús, que realizan la salvación. Esta perspectiva encaja muy bien en un mundo preocupado precisamente por las ansias de salvación (soteriología).
18. Las interpretaciones de los textos de la Escritura y literatura aneja que podían afectar a Jesús, a su figura y misión entre los cristianos a la vez que eran muy divergentes a las comunes del judaísmo eran también divergentes entre sí, sobre todo en aquellos temas no previstos o no tocados por la predicación que se recordaba de Jesús. Por ello hay que hablar de cristianismos, en plural.
19. Los principales son: 1. La naturaleza del salvador Jesús, es decir, cómo se había constituido su personalidad divina. 2. La naturaleza y misión del grupo de sus seguidores hasta que él volviese de nuevo a juzgar a vivos y muertos: cómo debía entenderse la Iglesia y su función. 3. La naturaleza exacta de la salvación.
20. El cristianismo paulino era la que mayores garantías de éxito podía tener en el complicado y efervescente “mercado” religioso del Imperio romano, pues Pablo había resuelto bien el problema de la salvación de los paganos por medio de una simple “justificación por la fe”. Eran innecesarias tanto la circuncisión y la observancia de normas de pureza como la iniciación en los “misterios”.
21. La escuela de Pablo, sobre todo la representada por las Epístolas Pastorales, caminaba también por la dirección del éxito cuando insistía en ciertas directrices esenciales a la hora de consolidar las nuevas iglesias que se iban fundando. Estas directrices son: 1. El control absoluto de la comunidad en cuanto masa social, como sucesores de los apóstoles en especial de Pablo. 2. El control ideológico del grupo, al ser los que mantenían oficialmente el “depósito” de la recta doctrina. 3. El control de la interpretación de la Escritura común con el judaísmo, el Antiguo Testamento.
22. Cuando se lleve a cabo este triple programa (“recta interpretación” de los textos sagrados; formación del concepto de “tradición” o recta doctrina; establecimiento de la jerarquía basada en la “sucesión apostólica”), a lo largo de los siglos II y III, tendremos completado el proceso de constitución del cristianismo.

El cristianismo primitivo y el estado

en J. Alvar - J.M. Bláquez (eds.), Héroes y antihéroes en la Antigüedad. Madrid (1996) pp. 24y ss.

Este capítulo es la expansión ampliada del breve artículo aparecido en la revista Heterodoxia del año 1992, número 20, pp. 197-208.

Año uno y los orígenes del cristianismo

en C. López de Juan - D. Plácido, Momentos estelares del Mundo Antiguo. Madrid (Edic. Clásicas) 1998, 169-192.

Este capítulo está en la base del libro Año 1. Israel y su mundo cuando nació Jesús, de Editorial Laberinto, Madrid, 2008.

Del Jesús histórico a Pablo de Tarso. La cuestión del fundador del cristianismo

en E. Muñiz – R. Urías (eds.), Del Coliseo al Vaticano. Claves del cristianismo primitivo, Fundación Lara, Sevilla, 2005, 89-136. “Epílogo. ¿Por qué triunfó el cristianismo?”, 281-285. ISBN 84-96152-6

Este capítulo se desarrolla en la obra Guía para entender el Nuevo Testamento, Editorial, Trotta, Madrid, 32009, pp. 294ss.

On the Hellenization of Christianity: One example: The Salvation of Gentiles in Paul

en A. Hilhorst – É. Puech – E. Tigchelaar, Flores Florentino. Dead Sea Scrolls and Other Early Jewish Studies in Honour of Florentino García Martínez, Brill, Leiden, 2007, 667-684. ISBN 978-90-04–1629

Este capítulo es la expansión de materiales primeramente incoados en la obra Guía para entender el Nuevo Testamento, Editorial, Trotta, Madrid, 32009, pp. 266ss.